Un día cualquiera, intenso (mas de 3 mapaches abatidos). Gatico muy muy cansado. Es hora de un merecido descanso!.
Me voy a mi butaca favorita y me rindo. Que rico es dormir! (verdad, Carlitos?)
Entre sueños comienzo a escuchar que me llaman: Tai.... Tai... pero
dede ser un sueño, uno malo, así que me cambio de posición para espantarlo..
Quiero seguir durmiendo!
Pero me siguen llamando, es real. No quiero escucharlos y tampoco verlos.
- Tai, Tai, Taiiii, vamos despierta gatico!!
- Que tu quieres mami? (Acabo rindiendome ante tanta insistencia).
- Es que me prestaron una cámarita de fotos y te quiero hacer algunas.
- Unas fotos mami? no dejas descansar al gatico por unas jo... jorobadas fotos!!! (Ya saben, gatico muuuuuyyyyy enojado)
Me desperezo un poco (que remedio queda!) y me dispongo a poner mi mejor cara para la "cabona" foto.
Humanos!!!
Y luego se queja de que quedo con mala cara.
lunes, 12 de noviembre de 2012
Shiro, la gatica.
Hola familia:
Soy Dina y hoy quiero presentarles a la nueva
integrante de nuestra gatósfera habanera. Resulta que un lunes de finales de
septiembre mi mamá llegó a su trabajo y vio en la entrada una gatica pequeña
que no paraba de maullar, tratando de llamar la atención de alguien. Enseguida
se dio cuenta que a esa pobrecita alguien la había botado porque los callejeros
que viven ahí son muy ariscos y no se acercan cuando hay muchas personas. Desde
ese primer momento se propuso buscarle una familia, de otra forma no la hubiera
pasado nada bien pues en el trabajo de mi mamá no abundan los amantes de los
gatos. Pasó varios días preguntándole a todos sus amigos y conocidos si querían
adoptar una gatica y finalmente cuando ya estaba desesperada, su hermana (es
decir, mi tía humana) la aceptó.
Con la colaboración de una amiga gatera y un
colega veterinario, le pusieron la primera dosis del antiparasitario. Ese mismo
día se desarrolló la “Operación traslado”, por la tardecita mi mamá fue a buscarla
al jardín y la llevó para su oficina, cuando llegó la gata después de
explorarlo todo se subió en las piernas de mi mamá y cuando ella le empezó a
rascar la cabeza, se quedó dormida enseguida. Para transportarla, mi mamá
improvisó con una caja de cartón a la que le abrió unos huecos para que entrara
aire, de más está decirles que a los dos minutos de estar en la caja, la gata
le arrancó un pedazo y sacó la cabeza, lo que aprovechó mi mamá para rascársela
y lograr que se quedara adormilada y se portara bien. Por suerte el viaje fue
rápido, sobre todo porque mi mamá estaba más nerviosa que la gata.
Cuando llegaron a su nueva casa fue muy
gracioso porque la perra (que es un amor y le encantan los gatos) fue muy
contenta a recibirlas y la gata empezó a bufar y casi se sale por el hueco de
la caja. Finalmente cuando se calmó, exploró un poco y se subió a las piernas
de mi primo humano y se quedó muy cómoda como si toda su vida hubiera vivido
allí. Le pusieron Shiro porque a mi primo humano le encantan las series manga y
a todas sus mascotas siempre les pone unos nombres rarísimos que salen en esos
programas.
Ya lleva un mes en su nueva casa y está muy
feliz, allí tiene jardín y mucho espacio para jugar. De vez en cuando se para
frente a la perra y le bufa dando brinquitos, pero la perra no le hace ni caso
a sus locuras y la deja por incorregible.
Les pongo unas fotos de los primeros días para
que vean que flaquita estaba, ya ha crecido y engordado, aunque sigue medio
loquilla. Mas adelante pondré fotos más recientes.
Y ya no les cuento más porque estoy empezando
a ponerme celosa, es que mi mamá va todos los fines de semana a ver a la Shiro esa y en mi casa
hablan mucho de ella, quien sabe si a ustedes les cae en gracia la flacucha esa
y después no se acuerdan de mí que soy tan buena y linda.
Lametones de Dina
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