martes, 10 de julio de 2012

Nina

Hace algunas semanas necesité ir a la Óptica de Marianao para tratar de resolver la situación de mi único par de espejuelos cuya armadura se me había partido el día anterior y me hallaba sin ver practicamente nada. Al rato de estar allí y en espera de que me llegara mi turno para ser atendida escuché maullidos y empecé a buscar de dónde provenían hallándome frente a una gata de esas que he visto en los blogs que llaman carey por sus colores y que son diferentes a las otras tricolores que nosotros aquí llamamos mariposa por los tres colores, generalmente negro, blanco y ese naranja que según mi pareja en Mila es como un oro viejo. Era adulta ya y ...ciega. Me dio tanta lástima. Caminaba despacio aunque sin chocar con ninguna de las personas que allí se encontraban ni con ninguna otra cosa y no paraba de maullar. Pensé que podía tener hambre y salí a comprar algo que ella pudiera comer. Al regreso y ante las miradas, unas comprensivas y otras como de “mira a la loca esta” de las demás personas en el lugar me le acerqué un poco y la llamé por el universal “misu misu misu” y vino. En eso escuché un “Nina, Nina, Nina!!” el técnico que repara los espejuelos la estaba llamando. Empezamos a conversar y me dijo que le pusiera la comida en la esquinita del local de él que es dónde siempre suele comer y me contó que era hija de una gata callejera que parió dentro de un patiecito que tienen allí y que había nacido así, ciega. No me dio detalles de que pasó con sus hermanitos pero según intuí la condición de Nina los conmovió a todos y decidieron quedarse con ella. Nina está flaca, se ve que no se alimenta como debería y que le faltan otros cuidados pero allí al menos tiene un hogar y manos, unas veces unas y otras veces otras, que le brindan algún alimento y nadie la maltrata. En la calle probablemente no hubiera sobrevivido a sus primeros meses de vida, algún perro o persona sin escrúpulos o el intenso tráfico de la calle 51 dónde está la óptica hubieran acabado con su vida. Nunca se ha embarazado porque no sale de allí y eso es también una suerte. Miraba a Nina y pensaba en mi pequeñita Mila y en lo relativo que es todo en la vida, en como deseo a veces poder darle una mejor y mas balanceada alimentación, cuidados médicos de mejor calidad cuando lo necesita, poderle poner alguna vez las vacunas que debería llevar pero al lado de Nina mi chiquitica es una reina. Y la de Nina no es la historia mas triste. No pierdo de vista que vivimos en Cuba, un país pobre, dónde prácticamente todo cuesta mucho esfuerzo y las necesidades de cualquier tipo te sobrepasan casi a diario pero pienso que igual que hay personas haciendo campañas y abogando contra la homofobia y a favor del reconocimiento de los derechos de gays y lesbianas –contra los cuales no tengo absolutamente nada, es más, algún que otro de mis mejores amigo/as lo es- seria genial que hubiera alguna organización o persona que hiciera lo mismo por los animalitos, sobre todo por todos aquellos que están en la calle en situación de abandono, en educar a nuestros niños en el amor a estos seres tan ingenuos y que nos pueden alegrar tanto los días con una caricia espontánea, desinteresada, honesta, por concienciar a las personas en que pueden no gustarte pero no hay por qué maltratarlos, por llevar a cabo campañas de esterilización que eviten la reproducción incontrolada de ellos y el aumento del numero de seres a sufrir. Talvez entenderlo y proponérnoslo hacer en la medida que las posibilidades nos lo permitan, hasta dónde se pueda que ya sabemos no andamos sobrados de nada, sería un gran primer paso. Al fin y al cabo, una sociedad no debería medirse solamente por el trato que da a sus semejantes humanos.

lunes, 2 de julio de 2012

Expo felina

Hola familia: Soy Dina. Esta será una entrada “a cuatro patas” donde Tai y yo les contaremos sobre una expo que tuvo lugar hace varios Domingos ya, organizada por la Asociación de Aficionados a los Gatos. Allá fueron mi mamá y su niña (no le digo hermanita porque me mortifica mucho) y los padres de Tai y Mila. No pudieron hacer muchas fotos porque la cámara se quedó sin baterías pero nos contaron que había: Gatos a quienes no les hacía mucha gracia verse rodeados de tanta gente
Otros lo observaban todo muy curiosos
Algunos durmieron una buena siesta
Y bellos ejemplares que parecían estrellas de cine como este siamés llamado Paco
A mí no me llevaron pero la verdad que estoy tan bella que no tengo nada que envidiarle a ningún gato de exposición, ¿verdad que sí? (se ve que mi abuela me tiene muy malcriada, jeje)
Besos y ronroneos. Hasta la próxima!!!!