miércoles, 24 de octubre de 2012

La mariposita se queja.


Hola a  todos, se acuerdan de mi? Probablemente no, si es que publican a todos menos a mi porque es que mi mamá me tiene medio castigada. Enojada que está conmigo. ¿Por que? La verdad es que no sé muy bien, pues soy una gatica muy bien portada y obediente.
Es cierto que me la paso trepándome a todas partes y con frecuencia echo abajo alguna que otra cosa que a veces se rompe, vale, lo reconozco. Que por más que intenta enseñarme a hacerlo en otros sitios, mi lugar preferido para afilar las uñitas sigue siendo  el sofá. Que a la menor oportunidad o descuido me sigo metiendo en la cama (es que es tan rico dormir pegadita a mami!) y tragándome cuanto cabello suyo me encuentro por doquier con las consiguientes crisis de estreñimiento que tanto la hacen sufrir y  que a duras penas consigue aliviar con los medicamentos hechos llegar por la tía Luisa y el tío Isaac. Que casi nunca tengo paciencia para que me alcen y acaricien y acabo dejándole marcadas mis uñas y dientes donde primero la agarre. Que por mas que intente convencerla no se traga que cuando encontró los ajos a la mañana en la puerta de la casa fue  para ahuyentar a unos vampiros.   
En fin, tonterías así.
Y la verdad es que no es nada justo que se ponga brava, si soy una gata tan buena!

 Lametones y mordiditas, pero de cariño!!!

lunes, 15 de octubre de 2012

Beten de regreso.

Hola:
Ejem, ejem... Por fin el monstruo este ha dejado el ordenador un rato, lo ha dejado abierto y encendido, así me ahorro el esfuerzo de tener que hacerlo yo, porque con las patas me cuesta un poco el abrir el aparato de marras y encenderlo, ya ni os cuento.
El caso es que ya hace un tiempo que regresamos de vacaciones, por supuesto he tenido mi trauma post-vacacional, he estado tan agusto en Galicia, después del regreso al horno de estos lares llegó mi cumpleaños, ya hace dos años que llegué a esta casa, la verdad es que no me puedo quejar, creo que muchos gatos no tienen tanta suerte como yo, la verdad es que se agradece que tengan tantas atenciones conmigo, aunque tanta atención puede pasarme algunos malos momentos, como ya os comenté en una anterior ocasión me gustan mucho los palitos de cangrejo, sencillamente me empaché de tantos como comí, y eso que me los controlaban, hasta que encontré el lugar donde los escondían, abrir la puerta fue muy sencillo y bueno... Pues lo dicho, que me puse malito, así que si no tuve suficientes mimos durante las vacaciones, me colmaron de cuidados, mimos, arrumacos, besos. Hice lo posible para que el malestar me durara unos cuantos días, pero al final todo se pasa y ya estoy pletórico. Eso si, no me han dado más palitos. Habrá que esperar a una nueva ocasión para que me den otra buena cantidad de chuches cangrejiles.
¿Y de mis vacaciones, qué?. Como el año pasado me quedé sin ellas por haber hecho un desgarrón en la caravana y como me porté muy bien en las vacaciones de febrero, no quedó más remedio que llevarme también esta vez. La verdad no conocía el norte, más concretamente Louro. Para mi ha sido todo un descubrimiento el poder pisar la hierba, me pasaba gran parte del día corriendo por encima del verde. Lo mejor, las temperaturas, no muy altas, ni muy bajas, incluso llovió dos días, lo cual a cierto becerro le hizo mucha ilusión porque salió y se empapó como una esponja, junto a el y como no podía ser menos las dos descerebradas que le acompañan constantemente. Equis y yo contemplábamos atónitos como entraban en la caravana y se secaban.
Conocí a un gato que andaba por el camping, había varios, pero este en especial se acercó muchas noches para verme, por supuesto que compartí mis cenas con el, la verdad es que no estaba para nada delgado, más bien todo lo contrario, me comentó que come unas cosas raras de verdad, no sé que me dijo de ciertos cubos de basura y que dentro de ellos encontraba toda clase de exquisiteces, patatas cocidas, grelos, trozos de pulpo a feira, sardinas, alguna que otra vez unos pimientos que evitaba comer porque decía que unos pican y otros no, en fin, a día de hoy todavía sigo sin comprender muy bien lo que me contaba porque mi paladar jamás ha degustado semejantes platos, a mi entender que si venía a compartir la cena conmigo era porque le gustaba lo que yo comía. Una cosa si que me llamó poderosamente la atención, el acento del maullido de este gato, una cosa rarísima la entonación, parecía como si cantara, no sé, una cosa muy rara, e incluso a veces pronunciaba los maullidos en gallego, cuando hablaba en raro le pedía que me hablara en idioma gatuno castizo, pero no, el erre que erre. Aunque lo más impresionante fue el gato de unos franceses que llegaron, por Dios que exquisito el gato gilipoyas ese, ¡¡¡pero si era tan callejero como yo!!!, bueno, tampoco es que yo sea tan callejero, nací en la casa de un comisario de policia, lo cual me confiere cierto aire de glamour ¿o no?, pero ojo el postín que se deba el felino, cuando se sentaba estiraba el cuello con cierto aire de superioridad, hasta que en un momento dado le azoté un zarpazo, no le volví a ver más hasta que se largó, la única palabra que me interpeló fue "bobó" con un acento ridículo.
El resto de las vacaciones transcurrieron tranquilas, por supuesto os envío unas fotos, siempre estoy encima de la encimera de la cocina de la caravana, primero porque no hay cortina, segundo porque desde ahí oteo todo lo que se mueve por el exterior. En verdad que es mi lugar favorito.
La primera, la tercera y la quinta foto soy yo. He intercalado una foto de Equis, negro como el azabache, pero que brilla cual trozo de carbón pulido. La cuarta, si, ya sé, no se distingue muy bien, pero la podeis agrandar y vereis a Loura y Neima en la playa retozando como locas en el agua. Creo que en nuestro ánimo está volver por allí cuantas veces sea posible, ya me encargaré allá por el mes de mayo de pedir que nos saquen de nuevo de vacaciones para rebajar el estress de la vida tan... minina que llevo.
Miaus cariñosos para todo el mundo. 
Beten
 
 

El nuevo.


Hola familia bloguera:

Soy Dina y quiero contarles que mi abuela tiene un nuevo protegido. Es un callejero que viene todos los días a buscar su comida. Cuando mi mamá sale para su trabajo a las 7 de la mañana ya está esperando su desayuno en la puerta del edificio; después regresa cuando empieza a oscurecer y empieza a maullar hasta que alguien se asoma al balcón y lo ve.
Al principio era un poco arisco pero ya conoce a mis humanos y le encanta que mi mamá le rasque la cabezota.
Mi abuela está encantada con su nueva adquisición porque come hasta piedras, mientras que yo le doy mucho trabajo porque solo como pescadito, pollito, lechita, es decir, cosas ricas. Al Rubio (así le puso mi mamá) le cocina unos mejunjes con pescado y todo lo que aparezca, le baja un plato lleno hasta los bordes y regresa con el plato que no hay ni que sacudirlo para quitar las sobras, y el muy tragón se queda maullando pidiendo más!!!!!
Mi papá dice que a ese gato la ciencia tiene que investigarlo porque nunca habíamos visto a un gato comer de esa manera, se come hasta las placas óseas de las cabezas de pescado que son durísimas, pero la verdad es que con los guisos de mi abuela ha engordado cantidad. :-)
Aquí se los dejo para que lo conozcan.

Saludos y lametones
Dina



Y tu que hiciste en las vacaciones?

Hola familia: Aunque hace algun tiempo ya de la vuelta al trabajo y a la escuela tenemos muchas anécdotas que contar de las pasadas vacaciones. Mi familia la pasó requetebién, Danielita cumplió sus 15 años, pasaron unos días fenomenales en la playa, disfrutaron de las transmisiones de los Juegos Olímpicos, pasearon muchísimo, descansaron, en fin, todo de maravillas; pero les puedo asegurar que quien mejor pasó sus vacaciones fui yo. ¿Verdad que sí? Saludos y lametones Dina.